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27 de septiembre de 2012

25-S, ¿Quiénes son los malos?

Lamentablemente, hemos vuelto a ver escenas de cargas policiales y batallas campales entre policía y manifestantes en la manifestación que pretendía rodear el Congreso de los Diputados, la llamada 25-S.

Lo primero que me llama la atención es cómo se interpreta lo ocurrido ayer en las calles de Madrid.
Para las personas, políticos y medios afines a la derecha fue el intento de unos cuantos "perroflautas" y "antisistemas" para reventar la democracia violentamente.
Para las personas, políticos y medios de comunicación afines a la izquierda, lo ocurrido ayer fue un premeditado exceso de fuerza ordenado por los políticos populares y perpetrado con saña por los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.

Pues bien, ni lo uno, ni lo otro. Y lo que es más importante, estoy cansado de esta basura de las "dos Españas" que inunda TODO lo que ocurre en este país inhibiendo la sensatez y el sentido común al tiempo que nos impide avanzar hacia nada constructivo. 

Estoy indignado con la clase política española que mantiene sus privilegios y se enriquece gracias al cínico teatro con el que nos entretienen mientras nos meten la mano en la cartera, los rojos, los azules y todos los demás colores que componen el arco iris pero soy muy consciente de que si diésemos poder a esos que acuden a manifestarse encapuchados portando palos y ladrillos....rezaríamos por volver a sentar a Rubalcaba, Rajoy y compañía en esos escaños.

Me repugnan los policías que se creen pistoleros del lejano oeste, me repugnan los descerebrados que aprovechan una reivindicación justa del pueblo para provocar a la policía, destrozar mobiliario público (que pagamos todos) y de paso, romper algún escaparate de un pobre comerciante que tiene mucho más de qué quejarse pero no tiene tiempo porque se esfuerza cada día en sacar adelante a su familia.

Hay que sacar de esta sociedad a los manifestantes energúmenos y castigar con dureza a los policías con conducta inapropiada (sin olvidar que las buenas palabras no funcionan con los primeros y la autoridad no puede dejarse orinar las botas. Viendo las imágenes, a ver quién es el guapo que, desde la óptica de la policía, habría gestionado la lluvia de piedras, botellas con talante y paciencia manteniendo el orden público, que es su cometido ).

Para terminar, todos los flashes del día han sido para el camarero/héroe del 25-S que impidió a la policía entrar en su local donde se habían refugiando un grupo de manifestantes (me cuesta creer que todos fuesen pacíficos).

Yo en cambio quiero alabar a otro personaje que encarna mucho mejor lo que considero la actitud correcta. Se trata de una señora que, siendo aparentemente manifestante, trata de disuadir a unos encapuchados armados en sus provocaciones y agresiones al cordón policial (lo cual provoco la primera carga).
Seguramente esta señora es suficientemente sensata para saber que los radicales solo consiguen deslegitimar lo que es una petición justa y necesaria de miles de demócratas.



Pido perdón si alguien tiene una visión de lo acontecido tan distinta a la mía que pueda llegar a sentirse ofendido. Lo único seguro es que, sea como sea, es lamentable.



2 comentarios:

  1. Magnífico artículo y un diagnóstico certero de la realidad en la que vivimos. ¡Enhorabuena!

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  2. Mas claro no se puede decir.

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