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12 de septiembre de 2012

La crisis o "el palo y la zanahoria" (Parte 2-Final)

Tal y como prometí, aquí tenéis la segunda parte de "La crisis o "el palo y la zanahoria"" (ver parte 1)

Si en la primera parte hablábamos sobre el crecimiento económico (o más bien la falta de éste) como uno de los problemas de nuestra economía, ahora le toca el turno al segundo problema, la dificultad de financiación.

1. Los problemas de financiación.

Si España gasta más de lo que ingresa, ¿Cómo puede mantener su nivel de gasto?
La respuesta es sencilla, pidiendo dinero prestado.

¿A quién le pide prestado el dinero?
Principalmente a los mercados de capitales (en adelante, "los mercados")

¿Quiénes son los mercados?
A diferencia de lo que algunos piensan y la prensa nos dibuja en ocasiones, los mercados no son unos malvados billonarios que mecen una copa de licor en un enorme salón de su castillo.
Los mercados son el mecanismo económico que permite que el dinero de personas, empresas y países que acumulan liquidez (y no necesitan disponer por un plazo de tiempo determinado) fluya hacia los que necesitan dinero a cambio de una rentabilidad (pagado por los que piden dinero y cobrada por los que lo prestan).
Entre otros, son aquellas personas que invierten sus ahorros en acciones, letras del tesoro...etc, aquellos fondos de pensiones que invierten en activos financieros el dinero aportado por un trabajador a su plan de pensiones con el objetivo de devolverle, cuando se jubile, más de lo que aportó, o aquellos países que ingresan más de lo que gastan y acumulan una "caja" que tratan de rentabilizar.

Como cualquiera haría inconscientemente, los mercados exigen mayor rentabilidad para prestar dinero a alguien con alta probabilidad de no devolvérselo que a alguien con capacidad sobrada y buena situación económica. Por este motivo, desde que comenzó la crisis mundial y a medida que España ha ido enseñando una tras otra sus "vergüenzas" , los mercados han ido exigiendo cada vez mayor rentabilidad para prestarnos dinero.

Así, mes tras mes, noticia tras noticia, hemos conseguido ser uno de los países con mayor probabilidad de no poder devolver el dinero que se nos presta y por ende, uno de los que más caro tiene que pagar esos préstamos. Hasta llegar al punto en el que los intereses a pagar son tan altos que nos llevarían inevitablemente a la quiebra de mantenerse así unos meses más. Además, España, como la mayoría de Estados, no puede dejar de pedir dinero prestado puesto que continuamente tiene que devolver dinero pedido en el pasado que cumple su plazo de vencimiento y, por supuesto, no tiene dinero "guardado" para hacerlo.


Llegados a este punto (desde hace aproximadamente un año), España no tiene ninguna oportunidad de salvarse de la quiebra sin ayuda externa. Sí, se que suena crudo pero mejor nos iría si no nos hubiéramos hecho trampas al solitario durante los últimos 4 años.

Y aquí es donde aparece en escena una Unión Europea que parecía inquebrantable en la abundancia pero se ha demostrado poco preparada para afrontar la dificultad.

La Unión Europea ha actuado desde Mayo de 2010 (1º rescate griego) para evitar quiebras de Estados miembros comprando deuda de estos países e inyectando dinero por diversas vías.

Poco a poco, la Unión Europea se ha convertido en el principal acreedor (quién más dinero ha prestado) de estos países y además ve como la enorme cantidad de dinero prestada no termina de solucionar los problemas los países en dificultades.
Así se ha creado una rocambolesca relación en la que Europa (con Alemania a la cabeza) es el principal interesado en que estos países hagan las cosas muy bien para salir de sus crisis y devolverles el dinero prestado mientras que los países periféricos (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España) necesitan la ayuda económica de la Unión  para sobrevivir.
Si a la coctelera añadimos que los actores son todos políticos cuyo principal (por ser benévolo) objetivo es conseguir el favor de sus votantes....el resultado es la mayor novela jamás escrita (a punto de comenzar su tercera temporada).

A los dirigentes españoles no les conviene subir impuestos y recortar gasto público, aunque sea el único camino hacia la luz, puesto que resulta electoralmente perjudicial. A sus votantes no les gusta que les suban los impuestos, les bajen los sueldos o los despidan. 
A los dirigentes de los países en mejor situación económica dentro de la Unión Europea (Alemania, Finlandia, Holanda...) no les conviene ayudar a los países periféricos  puesto que sus votantes no quieren sentirse los "paganinis" de los excesos de otros.
De ahí el tira y afloja que ha llenado los últimos 1.000 telediarios de nuestras vidas. 

Como ocurre en ocasiones, lo urgente eclipsa a lo importante. Por eso el problema de la financiación recibe en estos momentos más atención que la ausencia de crecimiento. 

La realidad es que aunque las medidas de austeridad que nos exigen son, en mi opinión, el único camino en el corto plazo (Lo Urgente), no hacen más que dificultar el crecimiento económico del país y la reducción del paro (Lo Importante)


En resumen, España persigue la "zanahoria" (ayuda económica de Europa para sus cuentas públicas y Bancos) para seguir viva, mientras Europa maneja el palo para dirigirnos hacia donde le interesa.

Pero tampoco se olviden "los del palo" de que si alejan demasiado la zanahoria y el burro se da por vencido, ellos van a tener un serio problema para recuperar lo aportado.

Aprovecho para agradecer a arndigital.com y a EFPA España (European Financial Planning Asociation) la difusión que han realizado de la primera parte de este artículo.

Muchas gracias por vuestro tiempo y un saludo,
J d L


Fuente Imagen 1: http://humor.servidor-alicante.com/2012/04/16/el-hambre-de-los-mercados/
Fuente Imagen 2http://louisdietvorst.wordpress.com/2012/01/25/what-i-learned-from-training-my-dog/

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